domingo, 29 de marzo de 2009

Fue terrible...
Lo voy a contar...
Estaba preparando las cosas para mañana, y me piden que vaya a comprar una gaseosa
en esos momentos es cuando el tramo desde mi casa a la esquina se puede volver eterno: CUANDO TENGO QUE HACER UN MANDADO.
En fin, no es esa la cuestión, yo tenía que comprar una gaseosa.
Como todos saben por una cuestión de principios no tomo NADA que sea de la compañía coca-c0l4... Fui al quiosco, y llegué pidiendo ni más ni menos que una pritty (gloriosa pritty limón que nos aleja de las multinacionales) al llegar, me encuentro con que en el quiosco no había pritty, ni nada que fuera aceptado en la mesa durante la cena que no perteneciese a the c...-c... company.
Así que bué, pelé los 10 pesos que me había dado mi padre y estaba dispuesta a llevar de eso.
Cuando me dan el vuelto, atiné sólo a decir cinco con veinticinco...
Mi cara de odio y frustración fue terrible, a tal punto que pensó que me había dado mal elvuelto.
Pegué media vuelta y me fui, al entrar a mi casa confesé: no voy a volver a pagar 5,25 por dos litros de capitalismo envasado.
Y NO LO VOY A HACER.

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